Hoy en día cada vez son más necesarios los procedimientos de regeneración ósea para poder solventar tanto problemas estéticos para reconstruir volúmenes óseos perdidos como para poder rehabilitar mediante implantes dentales las ausencias de dientes.
Existen diversas técnicas de regeneración ósea y un sinfín de materiales para llevarlas a cabo. Para poder realizar tratamientos de regeneración ósea predecibles hay que realizar un correcto diagnóstico y un adecuado plan de tratamiento. Hay que tener en cuenta todos los factores que influirán en los resultados así como la cantidad de volumen óseo que necesitamos conseguir, la localización (si es una zona sometida a fuerzas), la calidad ósea y la vascularización de la zona…
Dentro de las técnicas de Regeneración ósea existentes, la regeneración ósea guiada (que emplea injerto óseo y membranas de colágeno para aislar el resto de tejidos) es la más ampliamente utilizada para regenerar hueso en las zonas maxilar y mandibular. Además se han descrito unas elevadas tasas de éxito tanto de la técnica como de los implantes que se colocan posteriormente en el hueso regenerado (>90%).
Para realizar una correcta técnica de regeneración ósea guiada se han descrito 4 principios básicos (Wang HL y Boyapati L 2006): Cierre adecuado de la herida quirúrgica, vascularización adecuada de la zona, mantenimiento del espacio a regenerar previniendo su colapso y estabilidad en la herida.
La regeneración ósea guiada es una técnica muy sensible a las manos del operador el cual además de ser capaz de conseguir estos 4 objetivos previamente descritos tiene que controlar otros factores como el tipo de membrana que se coloca ya que hay membranas que se reabsorben antes de que el tejido óseo se haya formado y el tipo de material de injerto óseo que se utiliza. El material de injerto óseo debe de permitir la penetración de vasos sanguíneos y células que van a regenerar el tejido y además este material debería tener la capacidad de reabsorberse a la par que se va formando hueso nuevo. Hay disponibles diversos injertos óseos que se reabsorben antes de ser recambiados por nuevo hueso habiendo entonces una merma en la cantidad de tejido óseo regenerado, otros injertos en cambio tienen una tasa de reabsorción lenta que no permiten un recambio completo por nuevo hueso ya que ellos quedan embebidos al no reabsorberse.
Hay factores del paciente: fuerza de masticación, presencia de otras enfermedades, tabaco,… los cuales habrá que tener en cuenta a la hora de elegir la técnica regenerativa y los materiales a emplear.
Pero,……. ¿y si además de tener en cuenta el desarrollo de la técnica quirúrgica, los factores del paciente y los materiales empleados, influye la manera de colocar esos materiales? Cada material de injerto óseo tiene un módulo elástico o resistencia a la fractura diferente y dependiente de las características del propio material donde influirá composición química, porosidad,…lo que nos podría hacer sospechar que diferente fuerza de compactación sobre diferentes materiales podría conllevar a fracturas de las partículas, a una diferente reorganización de las partículas y finalmente a una posible diferencia en la formación de vasos sanguíneos y formación de hueso dentro de esas partículas de injerto óseo.
Es por ello que la Doctora Iratxe Viteri ha realizado varios estudios de investigación en este campo y ha publicado dos artículos a este respecto en revistas científica de interés internacional.
Tras la realización de estos estudios se podría concluir que no se debería trabajar de la misma manera con diferentes materiales sin previamente comprobar sus comportamientos tras la compresión con diferentes fuerzas. Siendo importante verificar el adecuado mantenimiento de la morfología del injerto óseo que permita una correcta regeneración ósea.
LINK: IJOMI: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32991641/
LINK: DYNA: Ingles:
FOTOS:

Renderización para simular el uso de un instrumento de compactación capaz de saber la fuerza a la que se compacta el biomaterial.
Imagen histológica de una regeneración ósea a las 6 de cicatrización. Se observa neoformación ósea (NB) alrededor de las partículas de injerto óseo aún pendientes de reabsorberse
